Et voilá. Donde menos se espera salta la liebre. La
liebre electoral tributaria, perseguida por gran copia de galgos y golosos.
Bajan unos y otros de las nubes, dejan para luego los encierros culturales y
pisan terrenos del cinco, los de la cartera. Seguramente todos tienen sus
razones aunque ninguno razón, pero, al menos, saltándose sus costumbres, hablan
ahora de las cosas de comer, cuando han visto que sus precios alcanzaban las
dichas nubes donde habitaban y entretenían sus ocios.
Visto el panorama, envidioso de las orejas que
consiguieron algunos diestros en similares faenas, Ximo Puig, siniestro él,
hace una finta, un quiebro taurino, una pagetina baronesca, se demarca del
gobierno y baja el IRPF. ¡Ooooolé! División de opiniones entre el público y
también entre el respetable. Demagogito de Morella, anunciaba el cartel. Bueno,
tampoco es para exagerar eso de contradecir —dirán algunos, acudiendo al quite.
En algún momento anterior se habrá dejado dicho que eso precisamente es lo que
convenía hacer, y también lo contrario. Ya lo anuncié yo, presumirían Nostradamus y
el calendario zaragozano. Es lo bueno de la inconsistencia y del albur, que
pase lo que pase, siempre se tiene o se ha tenido razón en algún momento, o ya
se tendrá. Lloverá, infalible predicción. La verdad es cuestión de fechas.
¡Quién da más! ¡Quién pide menos! La sorpresa constante no sorprende. (Alejandro Dolina).
No consigo recordar en este momento quién venía
proponiendo hacer algo parecido y llevándose sonoras bofetadas, que me he
levantado espeso hoy, pero creo que no era Sánchez. Si eso, me corregís.
Tampoco sé, y además ignoro, si esto es crecerte los enanos en circo revuelto,
hablando en incorrectos términos coloquiales, tener la picha hecha un lío,
dicho en términos científicos y fiscales o hacerse un roto, en términos
electorales y argumentarios. A melón abierto —fruta de moda geminada, porco
governo—, cada uno estirazando para no quedarse sin tajada, vamos, que me las
quitan de las manos. A recolectar dondedijedigos, marca de la casa y a desternillarse
escuchando y leyendo sutiles matizaciones, considerandos y otrosís. Los dos
decimos vamos, pero en su boca significa venimos. Mejor estarse quietos.
Es un muchacho excelente y siempre lo será, cantan la
tuna y los mariachis. Llevábamos razón, siempre llevamos razón, y siempre la
llevaremos. Lo malo es que no sabemos quiénes somos. En tiempos de mares
revueltos, arrecifes acechantes, tempestades y derivas, el barco al pairo, a
muchos navegantes extraviados siempre les queda el faro de la lucetita del
palacio. Ahí os quería yo ver, que, cuando no sopla el viento, hasta la veleta
tiene carácter, que decía Stanislaw Lem. Ya se nos dirá, mirad hacia esa luz y
no perdáis la fe ni la esperanza, que infalibles, aunque cambiantes y oscuros,
son sus oráculos y a los dioses hay que saberlos interpretar. Cada época tiene
su palacio, con su lucecita encendida toda la noche, su morador insomne y su
canesú.
Solo decirte querido amigo, que después de esta Epístola, en la que relatas las subastas de impuestos de los distintos politicos y politiquillos, el Gobierno nos ha dado una "patada en el culo ", a la clase media en general, como si los que ingresamos poco más de 21000 €, fuéramos ricos, siempre pagamos los mismos, y con éste gobierno especialmente. No diré lo que pienso exactamente, solo pondré carita, y no buena. 😡
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